viernes, 16 de noviembre de 2012

Cápsula homenaje a Frozen river. Río helado.


Gran película de la directora Courtney Fox. Incuestionable papel de las dos protagonistas, Melissa Leo y Misty Upham, impecablemente al límite y totalmente enteras.

Frozen River es una de esas cajitas que aparentemente pasan desapercibidas, y que cuando caen en tus manos, descubres que es un pequeño tesoro helado.

Una india hawk y una madre americana trafican en la frontera para sobrevivir, sobre el río helado de Saint Laurent, donde cruzan inmigrantes ilegales de Canadá a EEUU.

Ácida y dura, la frontera muestra sin tapujos la condición humana llevada a extremos límite en lucha por la supervivencia. Sin embargo, la peli muestra que en este caso el terreno fronterizo no separa. La fuerza de ambas mujeres está en la frontera, es el río helado que las une y las ubica. Su relación es seca, pero auténtica. Llegando a parecer muy justificado.






La palabra frontera literalmente es una desambiguación; dividida físicamente por ríos, mares o largos caminos inhóspitos. En realidad, no se necesitan fronteras reales, también hay fronteras imaginarias que nos pueden partir en dos. La dualidad de las fronteras.

A veces puedes pasarte toda tu vida en zona fronteriza. En medio de un paisaje indómito y árido donde nada pasa por casualidad. Zona totalmente bajo vigilancia pero en definitiva, terreno de nadie y de todos. Si te mueves en la frontera, te mueves en los límites de lo establecido, y allí, en el filo, las cosas se ponen en su lugar.

Y quién sabe, puede ser precisamente gracias a ese solitario terreno fronterizo, en medio de la nada, donde encontremos la libertad.

Lxx


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