lunes, 21 de julio de 2014

Cápsula Homenaje a El hombre que nunca estuvo allí

Hacía tiempo que tenía ganas de ver esta peli de los Coen (2001). No porque me hubiesen hablado de ella, ni siquiera porque fuera de los Coen, sino por su propio título: "El hombre que nunca estuvo allí". Ese hombre, Ed, un peluquero que vive en un pequeño pueblecito de California en los años 40, se siente extranjero en su propio mundo y así nos lo cuenta a través de su silencio en modo voz en off.


Ed, contemplativo, se mueve sigiloso por su vida insípida a través de la vista y del oído. Su silencio omnisciente nos va narrando su historia mientras a su alrededor todo el mundo habla sin, al parecer de Ed, decir nada. Ed cavila en subtítulos mudos y de paso, como por casualidad, contempla con vista ajena su propia vida y la de su pueblecito como si fuera un zoótropo en blanco, negro y gris que gira y gira mientras el fuma y mira. Mira y fuma. Gira y gira. Su voz en off son hechos.


Ed no sabe qué busca pero desea otro tipo de vida hasta que un día señalado, un extraño impulso primitivo y recóndito le incita a actuar, de la manera más absurda a la par que coherente al parecer de Ed.

Ay. Ese día señalado cómo me recuerda a Camus y su Extranjero. Ed y Messault, héroes atrapados en su extrañeza activamente pasiva hasta que un absurdo del azar les hace cometer un acto casi tragicómico, convirtiendo vacíos barrotes en su propia liberación.

Pero entonces, Ed, siempre estuvo allí en ese museo del silencio, su peluquería, deshilachando capas de realidad.


A Camus. "Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé".
Lxx

jueves, 28 de marzo de 2013

Cápsula homenaje a Nubes pasajeras

Nubes pasajeras es una peli filmada en 1996 y al verla, tengo la sensación de que fue rodada hace un rato, debajo de mi casa,  con la crisis brillando como el plumaje frondoso de un pavo real. 

Ilona y Lauri son una pareja que vive al día y son felices con muy poco hasta que un día, Lauri deja de ser conductor de tranvía. Lo despiden. Y poco después le toca a Ilona, como camarera en el hotel Dubrovnik, en Helsinki.


Duro entender como a esta pareja le desmantelan su vida cotidiana de un plumazo, pero entrañable aprehender como el instinto de supervivencia de Ilona y Lauri no los doblega; tienen la dignidad viva y coleando. Están con los pies tocando tierra áspera, pero caminan.


Nubes pasajeras del director finlandés Aki Kaurismäki, demuestra que lo bueno de que la vida sea muy putas es que, de manera muy natural, lo acaba volviendo todo a su lugar. 


A todos los Ilonas y Lauris. De los que tanto se aprende.
Lxx

martes, 12 de febrero de 2013

Cápsula homenaje a Falso movimiento

"Solo, sin que nadie perturbe mi apatía."


Win Wenders, director alemán y su peli, Falso movimiento en 1975.
Resulta extraño ver una película intimista en alemán. Es como una balada heavy ochentera. Al principio crees que no la podrás acabar, y luego te la tragas enterita con aristas incluidas.

Basada en el libro El aprendizaje de Wilhem Meister de Goethe, un tipo (llamado Wilhem) quiere ser escritor pero no sabe qué contar. Su obsesión es escribir algo absolutamente necesario. Pero cree que a nadie le interesa su vida. Y posiblemente sea así.

Wilhem decide enfrascarse en un tren rumbo a Bonn. Como equipaje lleva dos libros La educación sentimental de Flaubert y La vida de un inútil de Eichendorff.  Antes de partir se los dio su madre, que con la cabeza llena de rulos, le advierte como despedida: "No pierdas tu flaqueza ni tu malhumor, te harán falta si quieres ser escritor".

Durante su viaje se va encontrando con personajes curiosos hasta formar una trupe algo desafinada: un poeta vienés intentándolo, una actriz estupefacta, un nazi vagabundo tocando la armónica y su acompañante, una adolescente muda, acróbata de asfalto. La adolescente, por cierto, la que más habla.

El quinteto pasea por Bonn de aquí para allá, hasta que llegan a la casa de un tipo a punto de suicidarse que habla de la soledad."Ahora que llevo mucho tiempo solo, vuelvo a tener ganas de leer los periódicos".

Y la actriz estupefacta dice a Wilhem: "Lo que no me gusta de ti, es que pareces el único desorientado".
Y el veterano de guerra nazi cuenta melódico: "Yo también salvé a muchos judíos, los que eran útiles".
Y el poeta vienés recita su nuevo haiku personal: "Con amor, con amor la madre mira a sus hijos mientras comen".


Wilhem o flaquezas y silencios en la educación sentimental de la vida de un inútil.

 "¿Cómo vamos a separarnos?" pregunta la actriz desorientada.
Y Wilhem, que por una vez, parece que lo ve claro, contesta: "Desde cualquier lugar entre la multitud".


Toda la película, como la vida, es un falso movimiento.
Muy recomendable.

Lxx

lunes, 4 de febrero de 2013

Cápsula homenaje a Malas tierras


Badlands es la ópera prima de Terrence Malick en 1973. Basada en un hecho real, chica adolescente y chico diez años mayor se encuentran. Él, Kit, recoge basuras. Ella, Holly, estudiante, se siente prisionera en su propia casa, al lado de un padre parco en todos los aspectos. Ambos son extraterrestres en una sociedad que los desplaza. Los desplaza, allá por los años 50 en una América profunda, plana y desencantada.

Malick nos muestra la inocencia cruel en su estado puro sin ningún pudor, casi con una extraña indiferencia y con cierto atrevimiento: matas por casualidad y escapas por supervivencia. Y de paso, mientras sobrevives, vives.



Kit y Holly ruedan por las polvorientas carreteras de Montana. Viven encima de los árboles. Bang. Son cazadores furtivos por los caminos insólitos de Dakota. Pescan en el río. Bang. Viven en el desierto, y bailan Nat King Cole sobre la arena dura. Bang.


En Malas tierras, la naturaleza es una fuerza viva, como un tótem omnipresente. Es poderosa y cómplice, en todo su dramatismo.


Bang-Bang-Bang.


Kit y Holly se pasean por su road life, huyendo, entre la esperanza y el final de lo que no tiene que ser; Ellos sólo viven en una realidad subterránea, como Adán y Eva rumbo hacia el paraíso perdido:

Holly: "¿Cómo te gustaría que te recordasen Kit?"
Kit: "Vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver".



Lxx

lunes, 21 de enero de 2013

Cápsula homenaje a El viento que agita la cebada


Una película de Ken Loach, el cineasta británico, reportero de realidades entre trincheras, de voces sin filtro. Un tipo valiente.

Años 20 en Irlanda, el IRA lucha contra el control imperialista del gran mastodonte Británico. La encrucijada: El tratado anglo-irlandés desemboca en guerra civil irlandesa. O Irlanda pacta una libertad condicional en su propio territorio, o lucha hasta el final aunque signifique enfrentarse incluso a sus hermanos de sangre. ¿La fuerza noble de una ideología justifica la ejecución maniqueísta?












La película fue muy controvertida y la prensa británica la calificó de antipatriota. Sin embargo, Loach sólo se limita a exponer las semillas de la discordia que son fuerzas contrapuestas de una cadena que cada vez se tensa más. Los negros y caquis luchan contra el pueblo irlandés en medio de los frágiles campos de cebada. La cara B.

Es muy Loach plantear realidades en las antípodas, donde parece que ya no hay gris. Donde posicionarse es obligatorio para avanzar. Y he aquí la lucha del ser humano, de mi vecino, de tu amigo, de nosotros por sobrevivir de acuerdo a nuestro yo más profundo, cómo y a costa de qué. 

Cuando el relativismo naufraga, ideología y supervivencia, ¿pueden ir unidos?

Lxx

viernes, 4 de enero de 2013

Cápsula homenaje a EUROPA de Lars von Trier, 1991

"Vamos a dormirnos en los brazos de un continente entero."





Es hipnótica. La voz en off anestesia al espectador.
Es crónica. El ayer es hoy. La vieja Europa.
Es triste y es bella. En su complejidad.

Europa.

Un americano se planta en la Alemania deshecha de 1945 para intentar salvarla del descalabro. Empieza a trabajar como revisor ferroviario en la Compañía Zentropa. Pero la psique del "buen" extranjero, Leopold, se va minando cuando su mirada ingenua empieza a ver. Poco a poco se adentra en un mundo con mucho resentimiento y poca fe; todo  junto cargado en un tren, un hilo monótono de vagones sin visos de retorno.

Europa.

El rodaje se realizó íntegramente en un plató, lleno de maquetas y decorados. El tratamiento de la imagen es limpia y depurada. Cuánto más pulcra más dura.

Europa, eres una crónica. La cámara entrometida recorre la luz tenue y sigilosa que tu locomotora proyecta sobre tus vías. A veces en blanco y negro; otras, en color. Cuánto más bella tu imagen coloreada, más cruda tu realidad. Malicioso recurso de von Trier, el color fatalista.

Atrezzo de cartón para un viaje difícil sobre unas vías que son el Macguffin de la peli, por las que el tren se desliza intermitente hacia una Europa de cartón piedra. Cayendo.

Europa que te desmoronas piedra a piedra. una sobre otra. lento. a través de las almas rotas de tus personas.

Europa y su locomotora que se nos van, se nos van hacia la nada.

Solo un hecho queda patente: Leopold es interrogado por la inspección ferroviaria de turno con sus preguntas ostensiblemente cruciales: "¿La letra de esta tarjeta verde considera usted que está bien escrita?" Y mientras, Leopold, ido ante lo absurdo de la inspección y paralizado por la frustrante realidad subterránea de los vagones, cavila frenéticamente: "¿Hago estallar la bomba?".

Burocracia de mal agüero, que anestesias y descuartizas la realidad a jirones. Ay Europa burócrata, que te deshilachas entre los dedos del buen hacedor sometiéndolo al ostracismo. A la parálisis. Pero al fin, delatas a la resistencia más peligrosamente contenida. ¿Letra-de-tarjeta-verde-correcta? Boom.

Oh. Europa del frenesí. Cómo te nos descarrilas...

Lxx










viernes, 16 de noviembre de 2012

Cápsula homenaje a Frozen river. Río helado.


Gran película de la directora Courtney Fox. Incuestionable papel de las dos protagonistas, Melissa Leo y Misty Upham, impecablemente al límite y totalmente enteras.

Frozen River es una de esas cajitas que aparentemente pasan desapercibidas, y que cuando caen en tus manos, descubres que es un pequeño tesoro helado.

Una india hawk y una madre americana trafican en la frontera para sobrevivir, sobre el río helado de Saint Laurent, donde cruzan inmigrantes ilegales de Canadá a EEUU.

Ácida y dura, la frontera muestra sin tapujos la condición humana llevada a extremos límite en lucha por la supervivencia. Sin embargo, la peli muestra que en este caso el terreno fronterizo no separa. La fuerza de ambas mujeres está en la frontera, es el río helado que las une y las ubica. Su relación es seca, pero auténtica. Llegando a parecer muy justificado.






La palabra frontera literalmente es una desambiguación; dividida físicamente por ríos, mares o largos caminos inhóspitos. En realidad, no se necesitan fronteras reales, también hay fronteras imaginarias que nos pueden partir en dos. La dualidad de las fronteras.

A veces puedes pasarte toda tu vida en zona fronteriza. En medio de un paisaje indómito y árido donde nada pasa por casualidad. Zona totalmente bajo vigilancia pero en definitiva, terreno de nadie y de todos. Si te mueves en la frontera, te mueves en los límites de lo establecido, y allí, en el filo, las cosas se ponen en su lugar.

Y quién sabe, puede ser precisamente gracias a ese solitario terreno fronterizo, en medio de la nada, donde encontremos la libertad.

Lxx