lunes, 4 de febrero de 2013

Cápsula homenaje a Malas tierras


Badlands es la ópera prima de Terrence Malick en 1973. Basada en un hecho real, chica adolescente y chico diez años mayor se encuentran. Él, Kit, recoge basuras. Ella, Holly, estudiante, se siente prisionera en su propia casa, al lado de un padre parco en todos los aspectos. Ambos son extraterrestres en una sociedad que los desplaza. Los desplaza, allá por los años 50 en una América profunda, plana y desencantada.

Malick nos muestra la inocencia cruel en su estado puro sin ningún pudor, casi con una extraña indiferencia y con cierto atrevimiento: matas por casualidad y escapas por supervivencia. Y de paso, mientras sobrevives, vives.



Kit y Holly ruedan por las polvorientas carreteras de Montana. Viven encima de los árboles. Bang. Son cazadores furtivos por los caminos insólitos de Dakota. Pescan en el río. Bang. Viven en el desierto, y bailan Nat King Cole sobre la arena dura. Bang.


En Malas tierras, la naturaleza es una fuerza viva, como un tótem omnipresente. Es poderosa y cómplice, en todo su dramatismo.


Bang-Bang-Bang.


Kit y Holly se pasean por su road life, huyendo, entre la esperanza y el final de lo que no tiene que ser; Ellos sólo viven en una realidad subterránea, como Adán y Eva rumbo hacia el paraíso perdido:

Holly: "¿Cómo te gustaría que te recordasen Kit?"
Kit: "Vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver".



Lxx

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